La celebración de la Pascua

La Pascua o para la Iglesia Católica semana santa que empieza con el domingo de ramos y termina el domingo de resurrección es una de las celebraciones más importantes.

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Jorge Amador Gress

3/26/20243 min read

El traslado de Jesús a Jerusalén tenía el propósito de festejar "la pesaj" festividad judía que celebra la libertad del pueblo de Israel de Egipto. Es una cena donde se sirve vino se sacrifica un cordero se acompaña con verduras y pan ácimo sin levadura, se dan lecturas de la Torá, cantos de alabanza y danza. El pueblo judío es muy efusivo y alegre para celebrar sus fiestas algo similar fue la cena de Jesús con sus discípulos.

La festividad de semana santa tiene como referente el ciclo astronómico y empieza con la primer luna llena después del equinoccio de primavera. Esta festividad astronómica igual la celebraban los egipcios y empezaba desde el solsticio de invierno cuando la luz del sol aumenta, y en el equinoccio de primavera, la luz es perpendicular a la tierra, es cuando empieza la primavera y la tierra está lista para la siembra.

Ello agrega un tiempo más justo con la primera luna llena para que la madre tierra sea calentada por el sol. Los egipcios observaron el fenómeno de la germinación de las semillas y lo entendieron como una resurrección.

Esta fascinación del fenómeno que ahora conocemos como germinación, en la escuela primaria, recuerdo el experimento de poner una semilla de frijolito dentro de un frasco con algodón húmedo y el interés que mostrábamos en apreciar la germinación. Lo cuidábamos mucho. Fue mi primera prueba de laboratorio controlada y tangible, que los estudiantes de primaria nos entusiasmaba bastante.

El fenómeno de la germinación de un grano inerte arrojado a la humedad y caliente tierra, los Egipcios en la antigüedad lo correlacionaron con la resurrección. Es un ciclo agrícola empatado con un periodo astronómico en este caso en el río Nilo. Un sol que calienta la tierra y esta infunde vida lo resurrece a un grano inerte que germina, por lo que produce el 30 , 60, 90 y hasta el 100.

La palabra de Jesús en el evangelio de Juan 12:24; De cierto, de cierto os digo, que si el grano de trigo no cae en la tierra y muere, queda solo; pero si muere, lleva mucho fruto.

Los teólogos y egipcios al fenómeno de la germinación de un grano lo hicieron divino empleando a el dios Osiris padre de la resurrección y la agricultura, y su esposa Isis. El dios Osiris al ser muerto por su hermano Seth y cortado su cuerpo en pedazos, lo arrojo al río Nilo. La diosa Isis ingresa al río para buscarlo, logra reunir todos los fragmentos de su cuerpo, pero al mismo tiempo queda embarazada de su hijo el dios Horus, quien lo resucita.

Esta mitología fue conocida por el pueblo de Israel en su estancia en Egipto, donde históricamente no se ha podido comprobar que fueron esclavos o que tampoco trabajaron en la construcción de las pirámides del valle de Guiza.

El fenómeno astronómico del sol invicto empieza el 25 de diciembre como un aumento de la cantidad de luz que proporciona a la tierra, la cual es calentada preparándose para efectuar el fenómeno de la germinación por la madre tierra que infunde la vida como femenina matriz fecundada por la luz del sol.

En diversas culturas del mundo, los dioses solares nacen el 25 de diciembre, mueren en la primera luna llena posterior al solsticio de primavera y resucitan con la promesa de regresar. Está muy claro el ciclo astronómico solar.

En nuestra cultura, el dios Quetzalcóatl emerge de la tierra después de crear a los hombres del quinto Sol habiendo descendido al Mictlán y rociado con su sangre los huesos para la resurrección de los hombres del cuarto sol. Así lo vemos emergiendo del Mictlán con su corona de 11 hojas de maíz.

El dios Quetzalcóatl por amor a los hombres les otorgó granos para su alimentación como el maíz y el cacao e instruyó a la diosa Mayahuel para amamantarlos con su generoso pulque.

Así, Jesús que acudió a Jerusalén para festejar la Pascua o Pasaj pierde la vida en una cruz, pero vence a la muerte con la resurrección, con lo que cumple la promesa de Dios a Adán mostrando que, El camino de la salvación es un fruto abundante de Amor, Paz y Perdón para regresar al amoroso Padre Celestial.