El Poder de la Kabbalah: Segunda Parte

Heredamos una doble naturaleza que rige nuestras vidas, basada en recibir abundancia, satisfacción, placer y reconocimiento, así como certeza y propósito a un nivel más profundo, ¿quieres conocerlas?

COLUMNASÚLTIMA HORA

Adrián Bernal

5/26/2024

EL INICIO DEL TODO

A ver si me sale…

En el principio todo era Luz (Dios pues), una luz verdadera. No había profundidad, ni arriba o abajo, ni frío, ni caliente. Tampoco oscuridad. La realidad estaba colmada por la luz que emanaba del centro que a su vez, se encontraba en todas partes. Es precioso pensar en Dios como una realidad. Esta Luz (con "L" mayúscula) era constante y brillaba del infinito a la infinidad.

Pero… existía algo más; una Vasija (para mí, ente observador o contemplador) que recibía esta Luz maravillosa e inconmensurable; bendecida con la completa sensación de claridad, de certidumbre y de amor. Esta Vasija vivía la experiencia plena de existir.

Estas dos naturalezas; la Luz como dadora y la Vasija como recibidora, coexistían en este plano perfecto. Hasta que de pronto surgió en la Vasija una inquietud, no se sentía merecedora de recibir toda esta gracia sin esfuerzo alguno. Por ello quiso invertir su naturaleza, quería ganarse su derecho a recibir y no solo eso, necesitaba dar.

Por lo que, Dios o la Luz decidió otorgarle, regalarle, darle a su Contemplador o Vasija la oportunidad de convertirse en luz obsequiándole la posibilidad de brindar tal …; a su semejanza quizá (¿vemos para dónde va?). Se pone mejor…

La Luz se contrajo dando lugar a la oscuridad, es decir, esa realidad antes descrita como absoluta e infinita se contuvo en una contracción dando paso al tiempo, al espacio y todo aquello perceptible como medida (nuestra realidad, esta en la que yo estoy escribiendo en el pasado lo tú estarás leyendo en el futuro).

Y toda esa sucesión de fenómenos “ocurridos” “antes” del “tiempo” ja, ja... explotó. Esa es nuestra historia.

Por lo que entendí, puedo estar equivocándome, tú y yo así como todas las cosas que nos rodean materialmente somos parte del contemplador, como le llamo yo o bien, la Vasija.

Heredamos esta doble naturaleza que rige nuestras vidas, provocando a nivel humano toda clase de experiencias que se basan prácticamente en “Recibir” abundancia, satisfacción, placer, reconocimiento y a un nivel más profundo; certeza, propósito, respuestas y amor; es decir Luz. Y en la capacidad para “Dar” esos mismos atributos alcanzando nuestro propósito que es dar y recibir. O bien alejarnos de nuestro destino que es parecernos a la Luz, al padre o lo que sea.

En ese contexto la realidad nos presenta algunos desafíos para probar nuestra resistencia y capacidad de recibir luz y proyectarla manteniéndonos a la expectativa de recibir o dar en la cantidad justa a nuestras decisiones. Es complejo, pero casi cualquier situación complicada (porque obviamente tú que lees esto tienes problemas) que puedas imaginar ahora mismo está determinada por un deseo, está compuesta por una íntima relación entre recibir y dar, así como una oculta prevalencia por buscar la luz.

Vivimos en ese maravilloso desequilibrio desde el inicio de los tiempos que en concordancia con bastantes más factores instaurados en la nebulosa conciencia de existir; véase el instinto, la reactividad, el deseo, el ego y demás; nos mantienen a la expectativa de vivir cada día al viento, en búsqueda de sentido.

Piénsalo, todo aquello que nos rodea está, de alguna manera, sujeto a esa dualidad “Dar” y “Recibir”. Lo que se va que después vuelve. Lo que se tiene y luego se va. Luz y oscuridad. Esos son los temas del libro: la existencia y por qué hacemos lo que hacemos, y cómo podemos volver a esa sinergia perfecta con la Luz.

El objetivo de “El Poder de la Kabbalah” es que descubras esas relaciones y cómo abordarlas para que puedas recibir los dotes de Dios. Como ya los habíamos recibido cuando formábamos parte de la Vasija, desde “antes” del Big Bang, desde nuestro génesis hasta las acciones más simples, pero trascendentes de tu día a día.

MI PERCEPCIÓN

Sé que no ha quedado muy claro y por eso, te recomiendo que leas el libro. ¿Qué podría comentarte? La vaina tiene razón y no solo eso, es verdadera.

Yo tampoco he tenido mucha fe, lo admito. Retuve este texto por casi cinco días antes de enviarlo a la persona que me invitó a escribir. Necesitaba compartir este descubrimiento, pero al hacerlo tenía la sensación de bajar la guardia. No quería romper mi máscara de lógica, ni desproteger mi dentadura de razón y aceptar que necesito ayuda para cambiar.

Quiero decirte que al aplicar algunos de los principios de este libro las cosas comenzaron a moverse. Ha sido y está siendo una experiencia muy intensa. Mi vida dio un cambio tan brusco que, por momentos dudé que Dios estuviera detrás de todo esto. No fue como otras veces en las que perdí todo, y sentí el peso del mundo caer sobre mí. Al contrario, me liberé. Volví a algunos lugares que destrocé, pero me reencontré en esos sitios con otro nombre, otro rostro y otra voz.

Pedí perdón a quien se supone era yo. Y sonreí.

Ahora tengo la sensación de que nunca estuve solo en la oscuridad; que hay algo bueno en mí. La luz no estaba en otro sitio, sino en mi interior; que merezco ser feliz; que tengo un propósito. Incluso he bailado con la muerte. Por primera vez a mis 26 años le he aceptado, igualmente sucederá, pero si es mañana puedo recibirla con dignidad mirando hacia el infinito para confirmar que me espera algo mejor.

Hay libros que te cambian la vida y en realidad este llegó a mí en el momento indicado. No se ha convertido en mi guía, ya tengo dos o tres cosas más que leer sobre diversos temas, pero es la confirmación de que mientras estés dispuesto a RECIBIR ayuda, fuerzas poderosas vendrán a tu rescate. Siempre y cuando tengas la convicción de DAR entonces podrás cerrar el ciclo. DEVOLVER le llamaría yo.

Este texto es mi contribución, mi agradecimiento a aquellas fuerzas que me sostienen. Lamento que no sea tanto. Pero es lo que tengo. Espero que, como yo, algún día puedas ver la luz que hay en ti, así como en todas y todos los demás. Deseo con mucho amor que eso te permita avanzar.

Con mucho cariño. Héctor.

¿Te perdiste la primera parte de "El Poder de la Kabbalah?

Representación de naturaleza recibidora y dadora / Créditos: especial